miércoles, 4 de agosto de 2010

Mateos: “Sigo siendo un tipo formado en los 70″


“Siempre dije que se tenían que dar una serie de acontecimientos y circunstancias. No lo iba a hacer porque sí. Son las bodas de plata. Se dio la oportunidad de que Sony proponga darle un piso de realidad a mi proyecto”, explica sin tantas vueltas Miguel Mateos.


De ser “el nene más malo del mundo”, pasó a ser el más caprichoso. Lo positivo es que, esta vez, es uno de esos caprichos compartidos por varios melómanos que tienen ganas de (re) vivir el legendario “Rockas vivas”; y así será el sábado 7 de agosto en el Luna Park.

“Como amante de los discos y los vinilos, y del formato que ya desapareció, que son vestigios de un pasado, me pareció interesante la idea de tributar un disco; y que, si lo hacía, era de una forma más superadora, en cuanto a darle al material un arreglo orquestal que tiene que ver con algunas canciones íconos de ese material”. La justificación completa ya está hecha. Tiene ganas de hacerlo y lo va a hacer y, como aclara, yendo más allá.

Su etapa en ZAS siempre estuvo muy marcada por las influencias setentistas (no solo musicales, también ideológicas) y muchas de esas canciones tienen introducciones o finales muy “pinkfloydianas”. Para generar esa atmósfera, Mateos contará con una orquesta durante una gran parte del show: “Es la idea superadora que yo propuse. Poner el pulso sinfónico que no pervierte la distorsión de la guitarra, ni la versión original. Le da sustento, va a ser más épico en cierta forma”.

-¿Vas a respetar el orden de las canciones del disco?

“La secuencia no. Pero lo que va secuenciado sí, como Satisfacción, extras, un gato y huevos. Nada más que la banda va a estar complementada por una orquesta. No va a ser el disco de principio a final. Van a ser cuadros: con Miguel Mateos-ZAS, otro cuadro con la sinfónica y el otro que llegue más a la actualidad, que arranque con mi etapa solista. Pero se va a centrar en Rockas Vivas y en los tres anteriores que dieron vida a eso. También va a haber temas que no figuran en el disco pero tuvieron que ver con aquel Luna (agosto de 1985), porque quedaron afuera del álbum ya que no me dejaron hacer un disco doble”.

- Debe ser el álbum en vivo más corto…

“En cierta forma. Pero es un disco ícono, con cuatro canciones que están ligadas, y con inéditas en estudio y en vivo. Es una cosa un poco rara. Porque Solo una noche más es una canción que se grabó específicamente para ese show y quedó de culo. Es un rock and roll que hasta a mi me sorprendió cómo quedó. Y Un mundo feliz también. Una especie de balada con un final medio floydiano que siempre lo vi muy orquestal…”

- Aparte es un tema lento, con lo que no se suele cerrar un show…

“Exacto. Sí, una cosa rarísima. Pero era esa libertad que tenían tipos que no entendían nada o que realmente tenían una gran libertad…”

Perdiendo el control

“Libertad” es una palabra clave para recordar aquella época que transitó ZAS, una parte durante la dictadura y la mayor etapa con el regreso de la democracia.

- ¿Qué recordás de aquellos años de auge en tu carrera?

“Los 3 primeros discos no fueron exitosos. Los reconocieron algunos que saben mucho de música. Pero cuando presenté Huevos en BA Rock… ¡no me conocía nadie! Miguel Cantilo era exitoso. Con ZAS no pasaba nada todavía. A partir de ahí hubo un pequeño quiebre y se da que Tengo que parar se graba rápido porque también era un disco chico, que yo tenía 8 o 9 temas. De los cuales el último fue Tirá para arriba porque no tenía la letra terminada. Me parecía que debía un disco así. Hice Huevos y lo nombré con el título del tema porque era un momento tremendo del país; ya con la vuelta de la democracia tenía que hacer una canción que tributara ese momento: a la alegría de que a pesar de todo hay que seguir tirando para arriba. Pero no eran etapas exitosas. A los críticos quizás les gustaba. Pero no vendí un puto disco. Después se empezaron a vender”.

- ¿Y qué sensación te dio entonces hacer el Coliseo y los cuatro Luna después de no vender nada?

“Esa fue una idea del manager de ese momento. Agarrar las mejores canciones porque estábamos en presencia de algo grande. Además, el disco en vivo no era una cosa habitual, por eso también ha sido ícono y lo sigue siendo. Y ahí sí, sacamos 3 o 4 temas de cada álbum e hicimos un super disco. Rockas vivas fue la explosión. Todo el proceso anterior fue muy lento, a mi me pareció mucho más que 4 años”.

- ¿Qué te pasó en esa explosión?

“Uf… No la entendí… Me pasó por arriba. Eso a un artista en general lo desbarranca. Yo lo había hecho con la misma fuerza, el mismo trabajo, con el que hice los anteriores. No entendía cómo podía ser que pasara una cosa así. Con el tiempo comprendí los procesos que tienen que ver con la industria y coyunturales. Porque las radios de los 80 no son como las de hoy. Pero es más fácil hoy, con el diario del lunes, analizar lo que pasó”.

- ¿Por qué se disolvió ZAS si empezó a tener éxito?

“Tengo una tendencia a los cambios muy acelerada, muy fuerte. Es parte de mi personalidad. Me pareció que ya estaba, que era una etapa cumplida. Siempre me acompañó una formación diferente, no es el mismo ZAS que estaba desde el primer disco. En general siempre estuve y estoy en una búsqueda. Ahora estoy un poco más tranquilo”.

Tirá para arriba

Se lo nota sereno y reconoce estar profesionalizado y que disfruta mucho más el sentarse al piano. Pero no siempre todo fue así de sencillo. En 30 años de carrera mucha agua ha corrido bajo el puente: “Uno cree que desde afuera siempre es fácil, pero no. También uno la pelea. En 2001 hice Salir vivo y cuando se fue De La Rua con el helicóptero se devolvieron todos los contratos discográficos. Puse un montón de plata para producir eso. Siempre he privilegiado mi obra y el arte por sobre cualquier cosa. La industria en un momento me dejó de lado, aun habiendo vendido millones de discos en Latinoamérica”.

- ¿Cómo repercutió eso en vos?

“Bueno, mi reacción fue hacer un álbum doble…”.

- ¡Un kamikaze!

(Risas) “…En el peor momento de la Argentina, cuando el país se incendiaba. Grabado dos noches en el Teatro Astral. Inolvidable. Yo estaba realmente, como dice Maradona, con un golpe de Mike Tyson. Tirado en la lona. Es uno de mis discos favoritos. Es una gloria dentro de mi carrera, y creo que es porque provengo de una formación setentista, de lucha, de una determinada trinchera y porque también me he protegido y me he sabido cuidar. Me he rodeado de gente que me protege y he sabido parar a tiempo en muchos aspectos y saber qué es lo que más quiero hacer. Cuando priorizo mi obra en realidad me estoy protegiendo. Eso es evolución”.

- ¿En alguno momento pensaste en abandonar por completo?

“Sí. Es lógico dentro de una profesión un tanto vertiginosa. Siempre he tomado esto con un gran nivel de profesionalismo. Cuando vi que le podía faltar el respeto a la gente, me tomé 6 meses y paré todo. Llega un momento en que es shows, shows y shows, y fiestas…”.

- ¿Por qué sentías que le faltabas el respeto a la gente?

“Porque no podía tocar. Cansancio, ceguera. Por eso ahí pensás qué es lo que priorizás, lo que más te gusta hacer. A mi me gusta hacer música, volver a mi casa y sentarme al piano. No voy a traicionarme a mí, ni a los demás. Sigo siendo un tipo formado en los 70. Eso me salvó, mi formación. No creo en las musas. Soy un tipo de trabajo, de acordes y de búsquedas, con un acceso a la música. Sigo pensando como cuando era un estudiante”.

Huevos

En dos décadas y media han cambiado muchos factores. Las canciones tendrán otros condimentos significativos. En aquellos años de represión, Mateos padeció la pérdida de libertad de expresión cuando se vio obligado por los militares a cambiar “en la Argentina hacen falta huevos” por “en la cocina…”. Más de un cuarto de siglo después, este próximo show en el Luna Park cuenta con el slogan de: “En la Argentina todavía hacen falta huevos”.

- ¿Crees que las canciones tienen la misma vigencia?

“Siempre he sido muy metafórico en mis visiones de las letras y muchas veces se confunden. ‘Hoy te convocan a la plaza y mañana te la dan’, ‘en la Argentina hacen falta huevos’. Que en aquel momento era ‘en la cocina´ porque sino no se podía editar. ‘Tengo que parar’. O la idea de un secuestro en Un gato en la ciudad. Una metáfora de lo que vivíamos aquellos que éramos jóvenes estudiantes universitarios, que vivimos la época más atroz de la vida”.

- ¿Y le encontrás alguna similitud hoy con la situación del país? Por ejemplo, “la gente parece olvidar lo que pasó hace algunos años atrás”, quizás hoy no sea tan así…

“Hay una cierta memoria, es cierto. No podría comparar una cosa con otra. Pero hay cosas que hacen que esas canciones sean inoxidables. Fueron escritas, interpretadas, grabadas y cantadas en ese momento de la cultura. Y eso quedó marcado y de alguna manera ayuda a la memoria. Esa es la razón de su vigencia: ayuda a ir para atrás y a vivir esos momentos memorables de cantarlas con los ojos cerrados y sentir que sos nacional. Ese sentimiento se transforma en memoria colectiva”.

- Siempre fuiste muy crítico del gobierno de turno, ¿qué visión tenés del país ahora?

“¡¿Cómo no voy a creer en un matrimonio que tiene que ver con mi historia?! Yo estudiaba en la Facultad de Ciencias Exactas cuando ellos eran estudiantes. Pasé por lo mismo que ellos. Yo los voté. Gracias a dios tengo esa formación. Provengo de esa generación. Deseo que esos estudiantes de derecho que estuvieron en la plaza puedan llegar a ir a una idea de concordia con todos los argentinos. Me gusta esa idea nacional. Siempre he peleado por eso. Es el deseo más esperanzador. Tendríamos que ser todos millonarios en este país, siempre digo eso, lo digo en una canción. No tiene sentido ver a un pibe de Tucumán o santiagueño con hambre. Es una cosa completamente fuera de razón, aun en las crisis más ridículas o apocalípticas como estas últimas”.

- Justamente te vas a ir al Interior, y me da la sensación de que ahí las letras pueden tener más vigencia que en Capital…

“No quepa ninguna duda. La Argentina más Argentina está en el Interior. Acá vivimos tremendamente acribillados. Deseo, como argentino, que veamos esto más claramente”.

Luego de presentarse el 7 de agosto en el Luna Park, Miguel Mateos continuará por el Interior la gira de los 25 años de Rockas Vivas el 12 en el Anfiteatro Manuel Ramírez de Posadas; el 13 en el Club Sarmiento de Resistencia; el 20 en Espacio Quality de Córdoba; el 28 en el Auditorio Bustelo de Mendoza; el 10 de septiembre en el Auditorio Fundación de Rosario; el 15 de ese mes en el Teatro Alberdi de Tucumán y cerrará un día después en el Teatro Provincial de Salta.